Soy la pintura que cubre tu cemento.
El cemento que veo y no quieres enseñarme.
Soy un eufemismo de tu ordinariez.
Esa que ocultas y yo te muestro.


Déjame tirar la ceniza al suelo que barro yo.
Déjame buscarte las cosquillas que nunca tuviste.
Déjame tranquila para que pueda llorar por algo.
Déjame pasear sin que me mires.
Déjame hacer el tonto sin que te rías.
Déjame reírme sin que recuerdes.
Déjame recordar sin tener que mirarte.
Déjame llorar la lágrima que nunca viste.
Déjame ver la lágrima que nunca lloraste.
Déjame aprender a borrar con la mano lo que aún escribo con el codo.

"Vete lejos, pero no sueltes mi mano".