lunes, 27 de abril de 2009






Miradas que gritan hablando.


Gritan lo que no se oye.


Lo que no se debe decir.



Palabras que callan.


Silencian lo incómodo.


Haciéndolo notar.



No existe tal paciencia.


Aquí no.


Tan sólo es esperanza.



Cuando baje la marea.


Desaparecerá con ella.




Y entonces,


las miradas dejarán de matar.


Y yo escucharé,


lo que tú no puedes decirme.



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